Nuestra piel

La piel es un órgano vital y complejo, que recubre todo nuestro cuerpo, con una función particular, nos protege del exterior y también nos permite relacionarnos con él.

Mide alrededor de 2 m² y pesa aproximadamente 4 kg.

Está compuesta por 3 capas epidermis, dermis y tejido subcutáneo, origina los pelos y las uñas, y también numerosas glándulas como las sebáceas y sudoríparas.

Contiene una rica red de vasos y pequeños órganos nerviosos destinados a recoger las impresiones del mundo circundante.

Funciones

  • Barrera: nos protege de agresiones físicas, químicas, biológicas, impide pérdidas de agua, electrolitos y proteínas.
  • Termorregulación: nos ayuda a conservar la temperatura corporal.
  • Pantalla: es protectora de la agresión de los rayos UV.
  • Forma parte del sistema inmune y de las defensas.
  • Interviene en la Síntesis de vitamina D desde la provitamina D.
  • Participa de la precepción de sensaciones como frio, calor, humedad, presión, tacto, dolor, vibración, permitiéndonos, así, interactuar con el medio ambiente y relacionarlo con el sistema nervioso central.
  • Exterioriza también nuestras emociones (sonrojarnos, palidecer, transpirar, etc).
  • Posee una función social, psicológica y estética: Una piel sana facilita la vida social y de relación del individuo con respecto a su entorno y favorece su autoestima.
  • Absorben sustancias que atraviesan la epidermis, como algunos medicamentos (lociones, cremas o pomadas, parches etc.).
  • Es frecuente que la piel también sea el lugar de expresión de alteraciones internas del organismo.

La piel en sus diferentes edades

Desarrollo de la piel
Empieza a las 24 semanas de la gestación Y se completa a las 34 semanas. La piel del prematuro madura en 2 semanas, por eso recién nacido de menos de menos de 30 semanas tiene una débil función de barrera. La piel de los recién nacidos a término tiene estructura y composición similar a la de los adultos

La piel de los niños
El recién nacido tiene una piel más fina, posee fibras colágenas de menor tamaño y fibras elásticas inmaduras, y las estructuras vasculares y nerviosas están aún desorganizadas. Las glándulas sudoríparas ecrinas (sudor) son normales, aunque poco eficaces en el control de la temperatura corporal.

En los niños en general es más delgada, más delicada, más sensible, menos resistente a cambios físicos o químicos. Al ser más fina absorbe más los medicamentos o sustancias. También tienen menos pigmentación lo que lo hace también más sensible a las radiaciones solares. (quemaduras) Mas sensible a la perdida de agua (deshidratación).

La piel de los adolescentes
los cambios hormonales normales pueden condicionar mayor producción de sebo y tener la piel grasa o mixta, con tendencia acneica.

La piel del adulto
A partir de la tercera década comienzan los signos de envejecimiento, piel más deshidratada y primeras arrugas finas. A partir de los 30 años, la piel comienza su proceso de debilitamiento con algunas consecuencias evidentes como: Pérdida de humedad y de elasticidad (flacidez, arrugas).
A partir de la 4ta década estos cambios se hacen más evidentes y también tendencia a las manchas (hiperpigmentación) y arrugas más marcadas, si fueron pieles expuestas al sol sin protección adecuada, estos signos son más visibles, marcados y mucho más precoces.

La piel en la menopausia
El paso del tiempo lleva a cambios fisiológicos (normales) e inevitables, relacionados con los cambios hormonales como la disminución de la producción de estrógenos ováricos, otras hormonas y la consecuente disminución progresiva del grosor cutáneo y de la renovación de la epidermis, del pelo y las uñas. Flacidez, sequedad de piel y mucosas, incluida de región genital y ocular, es lo habitual favoreciendo la picazón o la inflamación.